La evolución del transporte público en la Ciudad de México es un reflejo de su crecimiento y cambio constante. Desde los primeros tranvías tirados por mulas hasta el sistema colectivo metro, cada etapa ha marcado un hito en la forma en que los ciudadanos se mueven por esta metrópoli. En los inicios, los microbuses y combis dominaban las calles, pero con el tiempo, este sistema se vio rebasado por la demanda, llevando a la creación de alternativas más organizadas como el Metrobús y el Tren Ligero. Hoy, la ciudad disfruta de un sistema de movilidad integrada que incluye desde el ciclismo hasta el uso de aplicaciones móviles para taxis privados, pero parece ser, que nada es suficiente ante el crecimiento de la gran ciudad.